Ofelia

La mort serait trop douce en ces extrémités.

29.11.09

Día 6

Publicado por Marie |

Hoy no es un muy buen día, o quizás es uno demasiado bueno para mi. No es el sueño lo que le molesta a uno, ni esa extraña sensación de que todo en el día saldrá mal. Aunque probablemente esta última sea consecuencia del no muy buen (o demasiado buen) día.
Como decía, uno no debe echarle la culpa al sueño, este es sólo una excusa que se le dice a los ignorantes para no tener que explicarles el largo y retorcido proceso el cual ocuparía varios minutos de nuestro tiempo que no valdrían la pena desperdiciar. Un ignorante siempre será un ignorante.
¿Debería preocuparme mi constante variación de temas al querer hablar sobre algo específico? ¿Tendré algún problema o necesidad de dar mi definición de cada detalle que aparece mientras escribo otra cosa? ¿O será simplemente un deficit de atención?
El sueño jamás tiene la culpa, la culpa es de la gente alrededor. Si uno hubiera dormido una hora, o no lo hubiera hecho pero se encontrara aislado de toda sociedad aún sin poder descanzar, no existiría tal malhumor, o se pasaría al instante. La culpa, entonces, es total y completamente de la gente. Esa necesidad de tomar al que está a tu lado comentando de vez en cuando, o intentando hablarte o simplemente conversando con otra persona pero ambos a tu lado; esa necesidad de tomarlo por los hombros, sacudirlo y gritarle que se caye hasta que te deje solo y no acote absolutamente más nada por unas horas, no se debe al sueño, es por culpa de esa persona a tu lado que pese a que se da cuenta de tus pocas intenciones de ser sociable intenta, por todos los medios, obligarte a hablar. ¡Cuidado! Y creen que eso es ser tu amigo. Creen que obligarte a hablar y estar de buen humor los hace unos buenos amigos.
Continuando: La sinceridad que a uno lo abruma en aquél momento tampoco es coincidencia. Es debido a la irritación que la gente te provoca y que uno soporta poco por la falta de tolerancia, y esta si es originada por el sueño. El sueño no te malhumora, te hace menos tolerante. El sueño lo hace a uno más sincero y más real. Cuando uno no tiene sueño puede ocultarse fácilmente tras la falsa cortesía y amabilidad.
Y bajo los efectos de esta repentina sinceridad, uno lo único que desea es decirle la dura verdad a todos, sin ninguna clase de compasión. ¿Y es que el mundo no sería más simple así? ¿Quitando la venda de golpe, sin anestecia? Claramente, seríamos todos más fuertes y resistentes al dolor.
Todos intentaríamos mejorar constantemente, porque siempre tendríamos a alguien diciéndonos "Todavía no sos suficientemente bueno", lo cual nos haría intentar ser el mejor, con más ganas. Si todos fuésemos sinceros, sin ninguna compasión, tendríamos un desarrollo increíble de nuestras cualidades y nuestra mente,
Por desgracia, algún idiota jugando a ser Dios le enseñó a la gente a mentir. Fue fácil, por supuesto, cualquiera puede hacerlo. Solo hay que tomar una mente y repetirle una idea una y otra vez hasta que esta se convence de que es la correcta y la única salida. Y después soltamos esa mente en la sociedad, y esa mente va realizando la acción que se le fue enseñada (en este caso mentir) hasta que los demas comienzan a seguirla en su acción. Y más demás siguen a estos demás que siguen a esta mente. Y más demás. Y demás... Hasta que la sociedad completa se vuelve una mentira.
Suerte del afortunado que encuentre una mente inocente o fuerte que resista a este fenómeno tan común, ya que yo aún no encontré ninguna. Lo sé, no interactué con demasiadas como para saberlo, pero no necesito interactuar para conocer la mente de los demás, me basta con mirar desde mi rincón, mi burbuja.
¿Quién dijo que las personas son complicadas? ¿Quién dice que una mente es difícil de entender? El que lo diga, no es buen observador. Son fáciles. Todos fáciles. Lo interesante es cuando uno encuentra una mente indescifrable. Eso... eso si es oro. Eso si es algo fantástico. Demasiado. Como un juguete nuevo, caro y lleno de tecnología. Te invita a descifrarlo, a conocerlo. Te llama. Te grita. Y uno acude maravillado y encandilado.
¿De qué iba a hablar cuando comencé con la primera letra? Ah si, del buen día o del mal día. No, no era sobre eso. Ya recordé, era sobre el sueño, el sueño, el malhumor... Tampoco, era sobre la gente. Si ¡la gente! Quien sabe, quizás mi mundo tenga un trastorno de misantropía extremo pero siento un cierto rechazo por la gente. Demasiadas mentes perfectas arruinadas por su mayoría de ignorancia. Demasiadas mentes perfectas que nadie ve o que no pueden elevarse porque ellos lo impiden. No, no es misantropía. No es hacia toda la gente mi rechazo. Odio a los ignorantes. Y así va a ser, hasta el día que alguien le invente algún nombre a eso y lo llame de alguna otra forma.
Me voy, hay una cierta melancolía o angustia en el aire que flota y quiere filtrarse por acá. El dolor nos hace más fuertes, pero no siempre. Cuando es un dolor del cual ya se aprendió una lección, no hay que dejar que vuelva, hay que superarlo yendo a nadar por un rato en un arcoiris y tiñéndose de todos los colores. Ustedes saben, un poco de alegría, un poco de inocencia...
Hasta algún mañana, mentes perfectas. Hasta nunca, ignorantes.

Frenesí.
Que las letras los salven a todos.

1 comentarios:

Floor. dijo...

Estás loca.. si.
Pero esa locura es exepcional.
Te felicito Ofelia. :)

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