Ofelia

La mort serait trop douce en ces extrémités.

13.10.09

Día 2

Publicado por Marie |

Hoy fue un día lindo, al parecer. Eso me dijeron. No salí mucho, o quizás salí demasiado. No sé distinguir. Supe que fue un día lindo, somehow, y eso importa.
Hubo buen humor, eso si lo noté. Energía, es la palabra que define el día. Saltaron, es decir, salté. ¿O no fui yo la que saltó? O si, quizás fui yo. No me acuerdo, pero alguien saltó. Si, salté... y bailé. Es nuevo para mi, pero divierte, o dicen que divierte.
Me llegan un par de recuerdos del día... Es extraño, no suelo tener recuerdos propios, pero si, los tengo ahora.
En el primero había un escenario. Un escenario alto, bastante alto, que encima tenía un mini escenario, como para levantar sólo un sector. Arriba de ese mini escenario había una escalera que terminaba en el cielo. Si, en el cielo. Era una escalera alta, muy alta, que llegaba hasta arriba, muy arriba. Y muy arriba está el cielo, o el techo, pero para mi muy arriba está el cielo. Así que era un escenario, con un mini escenario, y una escalera que llegaba al cielo y por la que quizás podías espiar si existe o no un Dios, o si existen o no los ángeles. No lo sé, porque no subí. Recuerdo que quise subir. Al escenario, no a la escalera, porque sufro de vértigo (o eso me dicen). Quise subir, pero me dijeron que no se podía yo pregunté que significaba eso, pero antes de que pudiera terminar de preguntar, o de escuchar alguna respuesta, me encerraron de vuelta y ya no supe nada más. Sólo sé que no subí, porque no se podía, eso dijeron. Empecé a relacionar eso con la libertad, mi libertad, pero me di cuenta que no tengo libertad. Entonces, dejé de pensar. ¿Para qué pensar en algo que no tengo? Sólo trae lamentos, y no conozco los lamentos.
Otro recuerdo fue odio. Si, odio puro. No sé si conocía el odio, pero es tan interesante y divertido como lo demás. Quise salir, gritar, golpear y matar a esa persona. Odié a una persona. ¿Por qué? No tengo derecho a odiar a nadie, no debo, no soy persona para odiar a otra. Pero no me respetó, o no nos respetó, o no respetó a alguien. El problema es que no respetó, y me dio odio. Quise salir, pero no me dejaron. Quise decir lo que pensaba, lo que esa persona debía escuchar para callarse, y si era necesario gritar. No me importaba, quería odiar. No me dejaron, me volvieron a decir que no se podía. Y a encerrarme. Pero no me importó, no pensé en eso de vuelta, porque ya lo había pensado antes.
El último de todos fue alegre. Estaba en el suelo, o alguien estaba en el suelo. Había viento y una puerta abierta. Y había sol. Si, sol. [Y miren, se nos coló el color amarillo. No importa, ya se fue, no es de acá.] ¿Saben que el sol brilla y que se ve amarillo? ¿Saben que si miras el sol fijo y luego intentas mirar otra cosa ves un punto redondo negro, o de todos los colores? Yo no lo sabía. Fue lindo, había sol y había viento y el pelo se movía y era resfrescante.
Hoy fueron recuerdos. No los conocía, pero me gustaron. Tengo que darles un color. ¿En qué grupo va recuerdos? ¿Rojos o violetas? Violetas. Los recuerdos son violetas, y retorcidos. Decidido, son recuerdos.
¿Saben que el día se acabó? Fue un día corto, porque el tiempo (no el mío, yo no tengo tiempo) el tiempo de la otra se acabó. Me encierran de nuevo, y sólo puedo despedirme una vez más.
Hasta mi mañana, cuando me dejen volver a salir.

Dance, my friends, dance.

Que las letras los salven a todos.

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